Aliviando el dolor

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¡Hola amantes de la buena salud!

Les cuento que hace un par de días estuve de mudanza. Mi familia y yo nos mudamos a una casa más grande. Tuve una mezcla de sentimientos, por un lado me llené de alegría porque la nueva casa es mucho más grande y bonita, además que tengo nuevos vecinos, y siempre es agradable conocer nueva gente. Por otro lado, pues me dio un poquito de nostalgia porque viví casi toda mi vida en la casa anterior, ahí fue donde crecí, pero la vida así es, de retos, cosas nuevas y constantes cambios, así que hay que verlo con buenos ojos. Se supone que yo iba a ayudarle a mis papás con toda la mudanza, pero no pude porque salí tarde del hospital, y mis papás no quisieron esperarme, se pusieron ellos solos a sacar todo, subirlo al carro, y bajarlo en la nueva casa. A la hora que yo llegué ya habían pasado casi el 90% de las cosas, de verdad que me sorprendieron, pero como era de esperarse terminaron con dolor en todo el cuerpo, porque lo hicieron ellos solos. A mí, como buena estudiante de medicina, pues no me falta en mi boquitín el Iboprodol, que son unas pastillas que calman los dolores de articulaciones, dolores de cabeza, de cuerpo, menstrual, de esguinces, torceduras, y sobre todo el que me interesaba en ése momento: dolores musculares. Así que le di una pastilla a cada uno, y al día siguiente estaban como nuevos, dando función de nuevo.

El Iboprodol como evidentemente dice en la cajita, es Ibuprofeno, que su acción es ser antiinflamatorio. Yo siempre le recomiendo a todos los pacientes que van a tomar pastillas en general, que lo hagan después de comer para evitar daños gastrointestinales. La forma de tomarla que se recomienda por lo general es una pastilla cada 8 horas. Me despido de momento amigas y amigos, porque todavía hay mucho que hacer en la nueva casa, seguro, seguro que voy a terminar con dolor en los músculos, pero ya estoy preparada con mis Iboprodol por si acaso. Les escribiré muy pronto.

Besitos a todos.

Valeria.

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